El día sería bello si no fuese tan débil, sería hermoso si pudiese sentirme libre en su luz , disfrutarlo, saborearlo si pudiese «vivirlo» , sería bello sentirme segura en él, sin reservas sin medida, sin miedo… una utopía
Pero mi libertad nace cuando las puertas ajenas se cierran, cuando la gente regresa a su hogar y quedan a solas con sus miserias, ocupados con la propia vida sin hurgar en la de los demás, sin juzgar gratuitamente y hablar por hablar. Es cierto, a veces no consigo ignorarlos, ya lo dije antes : soy débil, y los débiles son por desgracia el punto de mira de personas sin escrúpulos , ellos dominan los días y yo me refugio en la noche. Inmersa en su oscuridad, con sus sombras como manto, la siento como mi aliada, mi protectora, mi salvadora.
Luces de neón y asfalto, el escenario perfecto dónde perderse, escabullirse, pasar desapercibido junto a otros seres extraños: silenciosos, marginados, incomprendidos, guerreros vencidos o al pié del cañón, todos entremezclados y perdidos en las entrañas de una ciudad que bosteza por un lado y revive por el otro.
El miedo se esfuma , la libertad empieza a fluir, mis pies caminan sobre el asfalto con paso firme y enérgico. Es la hora del show, la noche levanta el telón para empezar con su desfile de espectros habituales , los de cicatrices tras el rostro, los de heridas abiertas que escupen sangre a borbotones, heridas inmensas incurables e inolvidables .
La noche es el reino de los vencidos, los caídos, los más débiles y vulnerables que son en verdad fuertes como el acero forjados por el dolor de un alma rota, por ese amargo recuerdo que no logran olvidar y están condenados a revivir una vez tras otra.
Mar de quebrantados, eternos olvidados, ojos hundidos ajados y sin brillo, vidas grises y negras en el desfile de los perdidos . Veteranos sin galones ni graduación, personajes del circo del horror, los que arruinaron su vida buscándola, los que se perdieron durante el camino y los que no logran hallar el de vuelta.
El día sería bello si yo no fuese tan débil, tan frágil, tan silenciosa, tan extraña… Pero en la noche no soy tan distinta… no, no lo soy