Continua de … «querido diario» (by Suzi) 11-11-18 – Parte I
Parte 2
Cada mañana, me veo obligada a vivir la misma pesadilla: abrir los ojos para volver a estar en el mismo infierno de siempre.
Malestar, miedo, abatimiento… tomar conciencia de que acabo de despertar y todas las cosas se han movido de «su debido lugar«, tomar aire y , con una resignación casi sobrehumana, volver a tomar las riendas de la situación… enviar de inmediato hacia el cuarto oscuro a todos los demonios que lograron escapar durante la noche, (arduo trabajo por cierto el de volver a encerrarlos, convencerles de que han de regresar «a su sitio» un lugar destinado al «olvido» que, bajo ningún concepto, deberían abandonar…) En cada despertar, resurge el enorme cansancio que supone no tener ganas casi ni de respirar, los párpados pesan toneladas , es casi imposible mantener los ojos abiertos … borrar las secuelas de las pesadillas, el horror de los sueños.
La soledad inmensa y la tristeza forman una cadena pesada que a duras penas arrastro a cada paso, lágrimas contenidas a punto de desbordarse, alzarme de la cama tras un enorme esfuerzo para conseguir tan sólo llegar al sofá .. .zas! apenas seis metros de distancia para dejarme caer sobre él cómo si hubiese recorrido seis kilómetros.
Necesito un par de cafés y un par de horas antes de lograr maquillar mi dolor y disfrazar mis sentimientos para pasearlos ante el mundo que me aguarda fuera… un par de horas y mucha cafeína para conseguir recoger todos mis pedazos esparcidos cual cristales rotos y comenzar de nuevo, otro día más, a reconstruirme antes de salir al exterior que, en verdad, no me importa lo más mínimo.
Toda acción me cuesta un mundo, todo pesa demasiado y nada «absolutamente nada» merece ésta pena y suplicio.
Y es entonces cuándo surge la eterna pregunta, la estúpida pregunta que suena a todas horas durante todos los días… la pregunta que asesinaría con mis propias manos de poder asesinar palabras y frases que no deberíamos volver a mencionar, que no deberían volver a aparecer, que en algunos casos, no deberían siquiera existir.
– ¿por qué?…
¿por que tengo que seguir así? , ¿por que yo? , ¿por que a mi ?
Tras un par de horas consigo ponerme la careta y hasta puedo a veces llegar a sonreír… no es una sonrisa verídica pero se asemeja a ella y consigo empatizar con aquellos con los que algo de mi ser «percibe» cómo seres de mi condición,… si, puedo ponerme en su lugar y sentir ese dolor sin ningún esfuerzo. ¿Sabes? no resulta nada difícil porque ese dolor suyo también es el mio… es esa nuestra similitud, el factor común que nos une.
Algo que sólo algunos desgraciados sentirán de por vida. Algo que en cambio otros tendrán el privilegio de no tener que sufrir jamás y que no sabrán valorar nunca la mucha suerte que tienen, al fin y al cabo el desconocimiento sirve muchas veces de protección.
No juzgues a nadie por su pasado , más bien mira su presente porque todos vivimos en ese modo, el presente, deja que cada uno vea su trayectoria como guste ver, que sueñe, que viva , que imagine que superponga, que construya, que borre que encierre , omita , encubra o esquive lo que crea conveniente, porque aquello que quizás para ti o para mi es una mentira, para otro pudiera ser «una realidad» en la que necesita creer desesperadamente, un recurso… de pura supervivencia.
Lo triste es que siempre acabamos juzgandolo todo: el pasado, las apariencias, las expresiones… juzgamos , etiquetamos, preconcebimos y creemos equivocadamente.
Creo que la raza humana no tiene remedio , al menos no mientras sigamos a bordo de este sistema hipócrita y fallido del cuál me parece imposible escapar siendo realista, sistema del que todos, somos prisioneros jugando a ser libres, marionetas y muñecos de otro seres poderosos que nos utilizan a placer. Niños gigantes y perversos inmersos en juegos de exterminio, creando masacres bélicas o víricas ¡da lo mismo mientras la operación termine siendo poder o dinero! maquinando la invención de armas maquiavelicas, tan letales e inimaginables cómo en realidad, tanto tu como yo, pensamos que son.
Somos sus conejillos de indias, las cobayas del «sistema» … edificado sobre la base infalible del consumo que los enriquece …
Presidentes y políticos, simple feriantes: ¡consuman señores! ¡pasen y consuman!
Somos el nuevo «Price» donde la verdad supera a la ficción : El nuevo circo de los horrores !!. Pasen señores!
Bajo la carpa roja circense, el espectñáculo es un absoluto éxito. El shoe está lleno a rebosar de pobres peones prescindibles, meros cromos en su álbum, simples ips absolutamente reconocibles. Estamos todos vendidos… ¿quién nos ha comprado?
Dejando de lado a esta sociedad caduca en la que no creo, vuelvo a echar una mirada hacía el individuo, el pobre soldadito de plomo, que lucha por sobrevivir, siempre contracorriente en la brecha, sin una pierna un brazo o sin cabeza ¡eso no importa …! lo importante es que sigue de pie luchando por subsistir.
Así somos nosotros, pobres ciudadanos de a pié, buscando encarecidamente la supervivencia, tratando de mantenernos en pie, intentando alcanzar el objetivo que cada cuál se marcó ( igual que aquel soldadito buscó hasta el final a su bailarina) venciendo y superando limitaciones y carencias, armados con la ilusión y la esperanza de conseguir el ansiado premio, atravesando ríos y mares en nuestro empeño… y aunque el final no sea tan feliz como en un principio creimos , tener la satisfacción de haber sido nosotros mismos, todo lo «nosotros mismos» que el mundo nos dejó ser al menos… y morir, cuanto llegue el momento, al menos, cerca de haberlo conseguido… o mejor aún… «habiéndolo alcanzado» pero siempre, siempre, emprender la marcha final satisfechos con lo que somos, aceptando lo que fuimos, y conformes con lo que seremos.
S.Tauriz by mylastsin
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