
Así es tal y cómo me he sentido siempre: Al borde de un abismo de cara a un mundo que no me vé ni me siente. La eterna capa de tristeza e invisibilidad me difumina ante el resto, y consciente de ello quizá sea mejor así…quizá es tal y cómo debe de ser.
La invisibilidad causa indiferencia y el dolor se agazapa dentro del pecho, pugnando siempre por querer salir pero yo misma soy la celda que lo oprime. Una roca dónde crece el miedo y busca sombra la soledad, una invisible «todopoderosa» de dónde ninguna emoción puede escapar.
No, no es que yo quiera ser mazmorra de sentimientos negativos, tan sólo gestiono lo que tengo , juego con lo que poseo y me adueño de lo que siento, porque si os poneis a pensarlo ¿qué otra cosa puedo hacer? … Ah! por supuesto ¡fingir! dibujar una falsa sonrisa , deciros que me siento bien y soy muy inmensamente feliz! o ser la eterna conformista que dá las gracias al nuevo día por el sólo hecho de existir, pero …¿por qué o por quién voy a mentir?

Hubo un tiempo en el que me engañé a mi misma e hice del autoengaño una de mis rutinas, un tiempo en el que daba las gracias por nada , en el que fingí ser alguien que encajase en vuestro cuadro, pero ni aún así encajé! continuaba en mi rincón sombrío esperando encontrar mi lugar, esperando hallar un propósito que me diese fuerza para seguir padeciendo, y en definitiva así me sorprendí una noche ya demasiado cansada , oh Dios qué cansada estaba de esperarlo todo sin que llegase absolutamente nada. Me sentí engañada , ignorada (una vez más) , maltratada y cómo siempre olvidada. Las cosas buenas cómo el amor, el cariño, la pasión no son cosas aptas para invisibles, es así desde que el mundo es mundo y cada manada necesita y busca un lider, yo sólo puedo optar a lo que opta el más débil del grupo, a sobrevivir a golpe de suerte, y esa estrella nunca me ha acompañado, ni tan siquiera existe! La suerte va aunada a una personalidad fuerte, al que tiene «don de gentes» habilidades sociales , comunicación asertiva y bla bla bla. Toda esa mierda de la que hablais todos cuándo no teneis un muro delante y otro detrás.
Soy cómo Blancanieves en su ataud de cristal, fría, rígida , muerta!! Más yo no puedo salir de aquí!! tan sólo me limito a observar, tan sólo me limito a esperar que algo o alguien pueda romper el cristal que me separa del resto.
Cómo he dicho antes » hubo un tiempo en el que me engañé a mi misma e hice del autoengaño una de mis rutinas» , hoy ya no me voy a engañar, sé que seguiré en mi ataud por toda la eternidad! que llevaré siempre puesta mi capa de tristeza e invisibilidad, y que no tengo absolutamente nada que esperar, porque para la gente cómo nosotros no hay nada más que vacío e ignorancia, nada más que indiferencia, nada más que soledad , sólo nos tenemos a nosotros mismos , así que ya no esperes … el tren que esperamos nunca pasó por ésta vía, no, no lo hizo ni jamás lo hará. Somos el andén equivocado, la estación fantasma que no existe, la ubicación de coordenadas imposibles, nadie puede llegar a nosotros, porque nadie sabe cómo hacerlo.
Susana Tauriz