Son tiempos difíciles para la humanidad, tiempos duros en la estabilidad económica y social, días amargos también para nosotros dos.
El hospital es más frío que nunca, las enfermeras trabajan con creciente tensión.
Urgencias es un constante tránsito de camas con pacientes trasladados de un lugar a otro … médicos enfermeras y celadores atrapados en una burbuja de prisas y carreras, mientras afuera la gente sucumbe a la desesperación de una larga e incierta espera.
Todo parece un Hangar 18, personal envuelto en plásticos, dos mascarillas, una sobre otra trabajando a velocidad vertiginosa y pasando un calor anormal causado por tanta parafernalia estrictamente necesaria.
Son los tiempos del Covid . Las pruebas se amontonan en forma de tubos sanguíneos envueltos en plástico y más plástico…
La espera angustiosa de urgencias culmina en la planta 5 a la hora del ingreso , casi las tres de la mañana.
Ahora reina el silencio que resulta confortante tras las carreras y voces . Ahora en el silencio crece también el miedo.
Un miedo que abre sus fauces y nos engulle por completo hasta dejarnos sin aliento. Tomamos más consciencia de que la vida pende de un frágil hilo , similar al de una tela de araña.
El tiempo se detiene , ya no corre pasa lento, la eternidad de las horas es angustia , el cuerpo carece de fuerzas, estamos saboreando los límites de la vida.
Un momento en el que reflexionar, las prioridades cambian por completo y las metas se desvanecen entre sueños
Tu mano en la mía y mi vida colgada en la tuya, pendiente de cada suspiro, de cada gesto de cada susurro.
Miradas empañadas salpicadas de un dolor creciente y montones de dudas.
En el dolor te amo más que nunca , te siento dentro aferrandonos a una frágil vida .
Son tiempos amargos para la humanidad, tiempos que arden y nos envuelven en sus llamas.
Las vidas se apagan cuál velas sin aire , el reloj se detiene y no suena más…
Urgencias un Hangar 18 , tu mano en la mía deja de temblar.
Bailamos unidos a través de las llamas , por un sumidero la vida se va.